jueves, 12 de febrero de 2015

Tres #Exoplanetas de tamaño terrestre podrían albergar agua líquida



El telescopio espacial Kepler de la NASA ha descubierto una estrella con tres planetas en órbita que son sólo un poco más grandes que la Tierra. El más externo de ellos orbita además en zona de habitabilidad, esto es, en una región donde las temperaturas de su superficie podrían ser lo suficientemente moderadas como para haya agua líquida y, tal vez, vida.


La estrella, EPIC 201367065, una enana M roja y fría, tiene aproximadamente la mitad del tamaño y la masa de nuestro sol. Situada una distancia de 150 años luz, se encuentra entre las 10 estrellas más cercanas de las que se sepa tienen planetas en órbita. 

La “proximidad” (en términos astronómicos) de la EPIC 201367065 permite a los astrónomos estudiar las atmósferas de los planetas que la rodean para determinar si sus atmósferas son como la de la Tierra (delgadas y compuestas principalmente por nitrógeno y oxígeno) y si, por tanto, podrían albergar vida. 



Océanos de agua líquida 

Los tres exoplanetas encontrados son 2,1, 1,7 y 1,5 veces el tamaño de la Tierra respectivamente. El radio del más pequeño y más externo es de 1,5 radios terrestres. 

Este exoplaneta orbita lo suficientemente lejos de su estrella anfitriona como para recibir niveles de luz de su estrella similar a los recibidos por la Tierra del Sol. Los astrónomos al cargo del estudio afirman, además, que existe una posibilidad muy real de que este exoplaneta sea rocoso como la Tierra, lo que “significa que podría tener la temperatura adecuada para albergar océanos de agua líquida”. 

La estrella anfitriona, por su parte, es menos brillante que nuestro sol, lo que supone que sus planetas puedan residir cerca de ella y seguir disfrutando de temperaturas tibias. 

Aunque las observaciones astronómicas realizadas durante años a millones de estrellas de nuestra galaxia –la Vía Láctea- han demostrado que es muy común que éstas tengan planetas orbitando a su alrededor dentro de la “zona de habitabilidad”, no se sabe si alguno de esos exoplanetas se parece de verdad a la Tierra. Los científicos esperan que el sistema planetario de esta enana roja –que puede estudiarse- ayude a resolver esta cuestión. 

De cualquier forma, algunos astrónomos creen que debe haber miles de millones de planetas habitables en la Vía Láctea, en los que podrían haberse desarrollado formas de vida completamente distintas a las que conocemos.



Hace tan solo unos días, científico del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA) hacían público el hallazgo de ocho nuevos exoplanetas en una zona de habitabilidad. Dos de ellos son los más similares a la Tierra de los exoplanetas conocidos hasta la fecha. 

Bautizados como Kepler-438b y Kepler-442b, los planetas “gemelos” al nuestro orbitan alrededor de estrellas enanas rojas que son más pequeñas y más frías que nuestro Sol, al igual que los tres exoplanetas tamaño Tierra encontrados ahora por Kepler. 

Antes de este último descubrimiento, los dos planetas más parecidos a la Tierra conocidos eran Kepler-186F, que es 1,1 veces el tamaño de la Tierra y recibe el 32% más de luz, y Kepler-62f –1,4veces el tamaño de la Tierra con un 41% más luz–. 

La búsqueda de planetas habitables fuera de nuestro Sistema Solar responde a varias inquietudes. Por un lado, la necesidad de conocer el cosmos. Por otro, la curiosidad por comprender si la vida es exclusiva de nuestro planeta. Y, por último, la posibilidad de que, algún día, nuestra especie tenga que salir de la Tierra para sobrevivir en otros mundos.

Un filamento de casi un millón de kilómetros se forma sobre el Sol


Un filamento solar de casi un millón de kilómetros ha aparecido estos días sobre la corona del astro rey. Una monstruosa longitud que equivale a más de 67 planetas tierra unidos en su diámetro.

filamento solar
Fuente: NASA.
Desde el pasado día 10 de febrero, el Solar Dynamics Observatory viene detectando el increíble crecimiento de un monstruoso filamento solar. En estos momentos la oscura línea que cruza la superficie del sol mide casi un 1 millón de kilómetros. Es como si alineáramos más de 67 planetas tierra. La imagen que genera es, como mínimo, espectacular si no inquietante. No sabemos hasta cuando durará el evento solar ya que podría volver a caer sobre el astro rey en cuestión de minutos, horas o días. O bien podría explotar hacia fuera, en vez de caer sobre la corona, formando "pequeñas" nubes de material. Cada vez sabemos más de nuestra estrella pero todavía son muchísimos los misterios que nos quedan por desvelar.

¿Qué es un filamento solar?

El filamento solar no es otra cosa que un monstruoso hilo de material más frío y denso que flota sobre la capa superficial, o corona, del sol. Están constituidos esencialmente por gas y se forman debido a la actividad magnética tan frenética que se produce en el sol. En un momento dado se genera un bucle magnético que eleva parte del material, el cual se enfría y se vuelve más denso. Por esto mismo, al capturar las imágenes en diversas longitudes de onda el filamento se ve recortado en oscuro contra la corona, mucho más caliente. Los filamentos que vemos de lateral, por su posición con respecto a nosotros, se aprecian como un tirabuzón brillante y son denominados protuberancias.
Cuando el campo magnético se vuelve inestable, el filamento comienza a caer sobre la corona, de nuevo, en un proceso que puede durar un tiempo muy variable. Otra cosa que puede ocurrir es que el filamento solar termine "explotando" y emitiendo su masa forma de protones y electrones, así como algún átomo más pesado, hacia el espacio. Este proceso, denominado CME (Coronary Mass Ejection) es el causante de lo que llamamos tormenta solar que puede alcanzarnos provocando diversos tipos de efectos, algunos potencialmente peligroso para nuestros sistemas de comunicación. Por suerte, esta actividad solo ocurre cada cierto tiempo (unos 11 años) aunque todavía hay mucho que descubrir sobre la dinámica solar.

No es el primero, ni el último

Efectivamente, este enorme filamento solar no es el único que hemos podido observar. De hecho, tampoco es el más grande, aunque tampoco tenemos claro cuál ha podido ser. Eso sí, en otras ocasiones se han podido apreciar filamentos solares de casi un millón de kilómetros. En 1859 ocurrió un evento solar quellegó a interrumpir, incluso, el servicio de telégrafos y pudo verse una aurora boreal en lugares tan dispares como Hawai o Roma. Si nos venimos a un tiempo más moderno, en 2003, otro evento solar saturó los instrumentos da varios satélites durante 11 minutos, aunque prácticamente no lo notamos. El pasado 20 de octubre, la NASA detectó una llamarada de de clase X1.1, bastante violenta, que no tuvo más consecuencias que la ligera alarma entre la comunidad científica y algunas espectaculares imágenes.
filamento solar
Erupción de octubre de 2014. Fuente: NASA.
Con esto quiero decir que este filamento solar no tiene mayor importancia. No es la primera vez que vemos un evento solar impresionante pero prácticamente inofensivo, así que no hay motivo para preocuparse. Efectivamente, los eventos solares, las tormentas de radiación y demás sucesos pueden afectarnos directamente y con cierta gravedad. Pero hasta ahora, aparte de algunos momentos críticos y daños en nuestros sistemas de comunicaciones, todavía no nos hemos enfrentado a un evento que nos haya puesto en serio aprieto, todavía. Para ello tenemos a miles de investigadores tratando de desvelar los misterios del sol y poner soluciones a los posibles problemas que pudiera ocasionarnos nuestro astro rey en su intensa y magnífica actividad.

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