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jueves, 22 de enero de 2015

La Vía Láctea Podría Ser Un Gigantesco Agujero de Gusano Galáctico (Por Santiago Campillo)

¿Y si nuestra galaxia fuera en realidad un agujero de gusano galáctico? Esta es una de las posibilidades que brinda el modelo desarrollado por un equipo de investigadores de la materia oscura. Una posibilidad que parece de autentica ciencia ficción.





"Si combinamos el mapa de la materia oscura en la vía láctea con el modelo más reciente del Big Bang [...] podemos hipotetizar que nuestra galaxia contiene un agujero de gusano galáctico; y que éste puede ocupar todo su tamaño"
Con estas palabras, que parecen más de una película de ciencia ficción, Paolo Salucci, un experto en materia oscura de Trieste, aprovechaba el tirón de Interstellar para explicar su último hallazgo. Éste, bastante complejo, viene a decir que, según sus cálculos, nuestra galaxia podría presentar un agujero de gusano de un tamaño tan enorme que podría ocupar todo su monstruoso volumen. Es más, mucho más importante, según el estudio, este agujero podría ser "navegable", por lo que podríamos viajar (o incluso estar viajando, lo que es más inquietante) a través de él.

A través de un agujero de gusano galáctico

Lo primero que Salucci se ha apresurado a afirmar es que su equipo no está diciendo que nuestra galaxia sea en realidad un agujero de gusanogaláctico gigante. Lo que sí dice su modelo es que es una posibilidad. La única manera de comprobar este hecho consistiría en comparar dos galaxias medianamente cercanas, cosa que se queda muy lejos de nuestras posibilidades por ahora. El modelo, por tanto, obedece únicamente a cálculos e hipótesis.
Si combinamos el mapa de la materia oscura en la vía láctea con la teoría más reciente del Big Bang para explicar el universo; y si además hipotetizamos la existencia de los túneles espacio-temporales, lo que obtenemos es que nuestra galaxia podría contener uno de estos túneles. Es más, este túnel podría ser del tamaño de la propia galaxia.
En nuestra situación actual, en el albor de nuestra era espacial (o así me gusta pensarlo a mi), casi todo es posible. Nos faltan todavía conocimientos y medios para poder hallar respuestas a temas como éste, así que vivir en una galaxia "tradicional" (si es que esto tiene algún sentido) o hacerlo en un enorme agujero de gusano galáctico es igualmente posible, si atendemos a las matemáticas ya la astrofísica. ¿En qué nos afectaría esto? Bueno, directamente en nada. Aunque, tal vez, a los investigadores del cosmos no les convenza esta respuesta.

La ecuación de Murph y la materia oscura

Si recordáis, en Interstellar, Murph trata de resolver una ecuación concreta y muy complicada. Tanto que unos entes multidimensionales (probablemente una versión actualizada de la humanidad) han de chivarle la respuesta. Pues lo que el equipo de Salucci trata de hacer es resolver esa misma ecuación, afirmaba el investigador. Ésta supone una cuestión muy importante en el entendimiento de la materia oscura.

Combinando la ecuación de la relatividad general con un detallado mapa de la supuesta distribución de la materia oscura en la vía láctea, el equipo ha conseguido remover en sus asientos a muchos físicos. Lo que propone Salucci con su estudio es un nuevo punto de vista de la materia oscura. Esta "sustancia" se denomina así por la imposibilidad práctica de interactuar con ella. Creemos que está ahí 
"La materia oscura podría ser una nueva dimensión o un 
sistema de transporte intergalactico"

pero no podemos ni verla, ni sentirla, ni nada de nada. Solo de manera muy indirecta.
Por ejemplo, "necesitamos" que esté ahí para explicar ciertas propiedades universales según muchos de los modelos actuales. Este estudio viene a defender la idea de que hace falta replantearse el concepto de materia oscura. "¿Y si fuese una dimensión más? ¿O un sistema de transporte, como en nuestro supuesto agujero de gusano galáctico?" Explicaba Salucci. Con su trabajo pone de manifiesto una posibilidad tan válida como cualquier otra. Y con ella la necesidad de trabajar aún más duro esta cuestión.

Por Santiago Campillo

martes, 3 de junio de 2014

Detectan un agujero negro que creó la explosión de una supernova hace 11.000 millones de años


Detectan un agujero negro que creó la explosión de una supernova hace 11.000 millones de años

El telescopio VLT del ESO ha permitido observar el fenómeno
Los datos han dado pistas de la formación de agujeros negros
Al explotar, la estrella creó un agujero negro y expulsó dos chorros de energía




Una estrella que podría haber tenido varias centenas de veces la masa de nuestro Sol explotó hace casi 11.000 millones de años, tan solo unos 2.700 años después de que se formara el universo y originó un agujero negro.

El fenómeno se ha podido detectar, como ha explicado a RTVE.es el astrofísico del CSIC y codirector de la Unidad Asociada (IAA-CSIC/UPV-EHU) que ha realizado la investigación, Javier Gorosabel, porque "la estrella ha explotado de una forma singular".

Así, un equipo de investigadores en el que participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía (perteneciente al CSIC) y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha conseguido pistas sobre la formación de un agujero negro que se produjo tras la explosión de la estrella masiva.

El hallazgo, publicado en la revista Nature, ha sido posible gracias a los datos proporcionados por el telescopio VLT (Very Large Telescope), ubicado en el Observatorio Austral Europeo (ESO) en el desierto de Atacama (Chile).
Gigantesca explosión

Gorosabel ha señalado que la supernova no explotó de forma radial, como hacen normalmente las estrellas, sino a modo de remolino y desprendiendo cantidades ingentes de energía de rayos Gamma.

Los investigadores saben que tras la explosión el material se movía a gran velocidad, "como si el sumidero de un lavabo se tratara", lo que creó un agujero negro en el centro.


La supernova liberó la energía de 200 soles durante toda su vida en un segundo

La energía que generó la hipernova podría ser equivalente a la energía que emiten 200 estrellas como el Sol durante toda su vida concentrada en un segundo.

"Si hubiéramos introducido una cámara en el interior de la estrella, se vería, después de atravesar las sucesivas capas, que en el centro hay un agujero negro que va tragando la estrella y la forma en la que lo devora no ocurre de forma radial o esférica", cuenta el astrofísico.



"En la explosión de las supernovas se producen dos chorros opuestos que perforan la estrella y llegan hasta su superficie. Taladran la estrella como si fuera un palillo de una aceituna", ha relatado Gorosabel.

Además, la luz vibra a través del chorro de forma circular, como un sacacorchos, lo que indica que en el interior hay un agujero negro que gira muy rápidamente.
VLT, lugar adecuado, momento adecuado

El investigador del CSIC ha destacado que el Observatorio Austral Europeo se encuentra en un lugar con "muchísimas noches despejadas y muy oscuro, sin contaminación lumínica".

Por estas características y porque el telescopio VLT 'miraba' en la dirección en la que se produjo uno de los chorros de energía producidos tras la explosión de la hipernova.

"Si el VLT no hubiera estado mirando al chorro, no habríamos visto el agujero negro. Pudimos observar la luz emitida durante la explosión, que debía estar polarizada circularmente", ha subrayado Gorosabel, quien ha explicado que el telescopio tiene un instrumento muy sensible llamado polarímetro para detectar, precisamente, esta luz.

Por otro lado, el astrofísico ha manifestado que la investigación el trabajo teórico que se ha venido realizando desde finales de los 70 precede al hallazgo. Ahora, la avanzada tecnología disponible permite hacer medidas muy precisas y demostrar esas hipótesis.

El misterio de los agujeros negros


Los agujeros negros estaban, sin que apenas nadie lo percibiera en aquel entonces, en el centro la Teoría de la Relatividad General de Einstein. Nadie excepto el excelso matemático y astrofísico que dirigía a principios del Siglo XX el Observatorio de Postdam, Karl Schwarzschild, quien se daría cuenta pronto de su existencia y su importancia en la gravitación universal.
Pero la Primera Guerra Mundial complicó mucho su trabajo científico. Cuando Einstein publicó los artículos en los que enunciaba las ecuaciones del campo gravitatorio de su teoría, Schwarzschild se encontraba destinado en los campos de batalla de Rusia, encargado de calcular la trayectoria de los proyectiles de artillería. Él mismo se había presentado voluntario al ejército del Imperio alemán. Pero el trabajo debía quedársele pequeño porque, tras leer el trabajo de Einstein, se puso inmediatamente a aplicar las nuevas ecuaciones a los objetos del Cosmos.
Y las conclusiones no tardaron en llegar. En enero de 1916 -sólo tres meses después de la publicación de la Teoría de la Relatividad General-, Schwarzschild envió por correo sus resultados a Einstein.«Estoy seguro de que permitirán a su teoría brillar con mayor pureza», escribió desde el frente ruso el astrofísico alemán. El propio genio de la Física se rindió ante los cálculos de Schwarzschild. «Jamás habría esperado que la solución exacta al problema pudiera formularse de una manera tan simple», respondió, según cita el escritor Walter Isaacson en la biografía titulada Einstein, su vida y su universo (Debate).
Dyson: «Los agujeros negros no son raros y no constituyen un adorno accidental de nuestro universo. Son los únicos lugares del Universo donde la Teoría de la Relatividad de Einstein se muestra en toda su potencia y esplendor»
Pero no en todo estaba de acuerdo con los cálculos de Schwarzschild. Éste se había centrado en la curvatura del espacio-tiempo, tanto fuera como en el interior de una estrella esférica. No obstante, en sus conclusiones había algo con lo que Einstein jamás comulgaría. Si toda la masa de la estrella se comprimiese en un espacio lo suficientemente pequeño, el espacio-tiempo se curvaría de forma infinita sobre sí mismo. Lo que ocurriría en ese caso es que dentro de ese pequeño espacio -definido por lo que ha pasado a la historia de la Ciencia como radio de Schwarzschild- nada podría escapar de la fuerza gravitatoria de ese cuerpo, ni siquiera la luz. Pero, además, el tiempo también se vería afectado, dilatándose hasta cero. Dicho de otro modo, si una persona se situase cerca de ese objeto ultradenso quedaría, a ojos de un observador externo, congelado en el tiempo.

La Tierra en una canica

Eso ocurriría, según sus cálculos, si toda la masa de nuestro Sol se comprimiera en un radio de algo menos de tres kilómetros o a la Tierra si pudiésemos concentrar su masa en una canica de dos centímetros. Para Einstein esto era, sencillamente, imposible. Pero ni uno ni otro tendrían tiempo para comprobar que de lo que estaban hablando era de los agujeros negros. Schwarzschild murió en el frente a consecuencia de una enfermedad autoinmune que atacó a las células de su piel pocas semanas después de escribir a Einstein. Y éste también moriría antes de que otros gigantes científicos como Stephen Hawking, Roger Penrose, John Wheeler o Freeman Dyson demostrasen en la década de los 60 que la extraña teoría de Schwarzschild era algo más que real.
Al contrario de lo que ocurre con otras disciplinas científicas, los físicos suelen ser muy buenos vendedores de sus teorías y sus nombres son en ocasiones auténticos productos de marketing diseñados para triunfar. Según cuenta el profesor de Física de la Universidad de Columbia Brian Greene en su obra La realidad oculta (Crítica), el hecho de que el abismo gravitatorio creado por los agujeros negros atrape incluso a la luz implica que estas regiones del Universo estén fundidas en negro, por lo que, poco después de que se publicasen los resultados de Schwarzschild, fueron denominadas como «estrellas oscuras». También el efecto que tienen sobre el tiempo llevó a que se propusiese el nombre de «estrellas congeladas». Pero eso fue hasta que, medio siglo después, John Wheeler -físico teórico de la Universidad de Princeton y uno de los pioneros de la fisión nuclear dentro del Proyecto Manhattan que permitió el desarrollo de la bomba atómica- comenzó a estudiar estos objetos cósmicos ultradensos. «Wheeler, casi tan adepto al marketing como a la física», popularizó estas estrellas con el nombre que las ha hecho célebres: «agujeros negros», relata Greene.
En la actualidad, se han descubierto decenas de agujeros negros en todo el Universo y no pasa una sola semana sin que la comunidad científica publique un nuevo avance en el estudio de estos densos objetos cósmicos. Como explicó el brillante físico británico -nacionalizado después estadounidense- Freeman Dyson, los agujeros negros «no son raros y no constituyen un adorno accidental de nuestro universo. Son los únicos lugares del Universo donde la Teoría de la Relatividad de Einstein se muestra en toda su potencia y esplendor».
Sin embargo, a pesar de los casi 100 años que han pasado desde su descubrimiento y de los esfuerzos de algunas de las mentes científicas más brillantes del siglo XX aún hay muchas incógnitas en torno a los agujeros negros.
La última gran esperanza para avanzar en el conocimiento de estos misteriosos objetos se acaba de desvanecer recientemente. A pesar de lo terrorífico que pueda sonar para el gran público el concepto deun gran sumidero cósmico capaz de engullir cualquier objeto del Universo y del que nada puede escapar, hay agujeros negros en todas las galaxias.

Un sumidero cósmico cercano

Se han detectado agujeros negros en algunas cercanas, como en la Nube de Magallanes, a más de 130.000 años luz de distancia de la Tierra. Pero también en la Vía Láctea. De hecho, un enorme agujero negro de cuatro millones de veces la masa del Sol, llamado Sagittarius A*, domina el centro de nuestra galaxia.
Cuando engullen la materia de cualquier objeto cósmico, la gran atracción que generan acelera esta materia hasta una velocidad cercana a la de la luz. Y cuando eso sucede... ¡Fuegos artificiales! Se emiten rayos X
«En la Vía Láctea hay unos 100.000 millones de estrellas y todas ellas giran en torno a este fantástico agujero negro», dice Jorge Casares, investigador del Instituto Astrofísico de Canarias y de la Universidad de la Laguna. «Para tener ligadas gravitacionalmente a tantas estrellas hay que tener un agujero negro como Sagittarius A* o mayor», asegura.
A principios de año, dos de los grupos más punteros en el estudio y seguimiento de este agujero negro -el que dirige Andrea Ghez en la Universidad de California, Los Angeles (UCLA), y el de Stefan Gillessen en el Instituto Max Planck para Física Extraterrestre de Alemania- anunciaban que, por primera vez, los astrónomos tendrían la posibilidad de asistir a uno de los banquetes cósmicos de Sagittarius A*. Las observaciones indicaban que en los meses de marzo o abril de 2014 una nube de gas pasaría por el punto más cercano al agujero negro y sería devorada en apenas unos días.
La comunidad astrofísica esperaba el acontecimiento con impaciencia, pero finalmente no ha sido así. Las previsiones han fallado. La semana pasada, la propia Andrea Ghez publicaba una comunicación en un sistema de intercambio de información científica llamado The Astronomer's Telegram donde aseguraba que, después de alcanzar el punto más cercano a Sagittarius A*, la nube de gas -denominada G2- «está todavía intacta». Incluso en ese punto de máximo acercamiento, la distancia entre la nube de gas y el agujero negro sería todavía de 200 veces la distancia que hay de la Tierra al Sol.
«Se esperaba que se deshiciera en el punto más cercano y no ha sucedido», explica Marc Ribó, investigador experto en agujeros negros de la Universidad de Barcelona. «Se sigue observando como si fuera una fuente puntual, lo que permite pensar que G2 podría ser una nube de gas, pero que está alrededor de una estrella», opina.
Las previsiones científicas indicaban que la enorme fuerza gravitacional del agujero negro del centro de nuestra galaxia debería atraer a la nube de gas a velocidades de varios miles de kilómetros por segundo. Sólo para dar una idea de la magnitud, a esa velocidad se podría volar de desde Estados Unidos a España en menos de un segundo. Sin embargo, la fuerza gravitacional de esa posible estrella del interior de la nube de gas podría haber impedido que G2 fuera engullida por el agujero negro.
Representación artística del disco y de los chorros eyectados en el...
Representación artística del disco y de los chorros eyectados en el agujero negro de Cygnus X-1. 
«Todavía hay gas que está siendo arrancado de este objeto, de la nube G2», asegura a EL MUNDO Andrea Ghez. «Y este material aún podría chocar eventualmente con Sagittarius A*, incluso aunque hubiese una estrella en el centro que evite que el objeto entero sea atraído en forma de espiral y devorado por el agujero negro. Así que sólo es cuestión del grado y la magnitud del evento que podamos observar», dice.
Sea como fuese, se ha desvanecido una oportunidad única para estudiar la acreción de una gran cantidad de materia en uno de los agujeros negros que predecía la Teoría de la Relatividad de Einstein y que demostró en 1916 Karl Schwarzschild desde los campos de batalla rusos.
Resulta paradójico pensar que, a pesar de la urgente actualidad que tiene el estudio del centro de la galaxia para los astrofísicos, Sagittarius A* se encuentra a 26.000 años luz de distancia de la Tierra, por lo que los acontecimientos que se estudian hoy ocurrieron en realidad hace 26.000 años.
Para los astrofísicos, la oportunidad perdida tampoco es el fin del mundo. «Puede ser que volvamos a tener alguna otra oportunidad a lo largo de nuestra vida», afirma Ribó. «Si hubiera pasado hace 15 años, no lo hubiéramos visto, porque los instrumentos de observación de entonces no lo permitían», dice. Y tiene mucha razón. El avance de las tecnologías de observación espacial de los últimos años han sido determinantes. Pero no sólo la construcción de potentes telescopios con espejos de varios metros de diámetro en el desierto de Atacama de Chile o en Hawai. También están siendo fundamentales otras tecnologías para profundizar en el estudio de los misteriosos agujeros negros.

Fuegos artificiales

El hecho de que su enorme atracción gravitatoria arrastre hasta a las partículas elementales de la luz -los fotones-, hace que no emitan ninguna señal y que sean imposibles de detectar por sí mismos. «Los agujeros negros se pueden detectar en fases de actividad, cuando engullen cosas», explica Casares. Si están en estado de quietud, no hay nada que dé la alarma. «No vemos nada», dice.
Sin embargo, cuando engullen la materia de cualquier objeto cósmico, la enorme atracción que generan acelera esta materia hasta una velocidad cercana a la de la luz. Y cuando eso sucede... ¡Fuegos artificiales! Los jirones de materia que el agujero negro arranca a las estrellas o a las nubes de gas cercanas emiten rayos X y otros tipos de radiación que los instrumentos astronómicos actuales son capaces de detectar aunque estén a decenas de miles de años luz de distancia.
Los fuegos artificiales que los astrofísicos pueden ver cuando se produce una acreción de materia en un agujero negro consisten en la formación de un disco de material y de chorros que salen eyectados de forma perpendicular al disco.
«Además de los telescopios de luz infrarroja o de rayos X, estos hallazgos han sido posibles gracias a técnicas de óptica adaptativa que son capaces de corregir en las imágenes las turbulencias de la atmósfera, que deforman las estrellas», dice Casares. «Es como si pudiésemos situar el Very Large Telescope (VLT) del desierto chileno de Atacama por encima de la atmósfera y observar desde allí el espacio».
Los agujeros negros supermasivos como el que ocupa el centro de la Vía Láctea parecen tener mucho más atractivo para el gran público. Pero lo más habitual para los astrofísicos es detectar otros más pequeños -de cinco o diez masas solares- que normalmente están asociados a una estrella, a la que arrancan la materia que es engullida y que permite a los físicos observar el acontecimiento. Según el criterio de los científicos, si su masa es equivalente a tres veces la del Sol es un agujero negro, pero si es menor puede ser otras cosas, como una estrella de neutrones.
Hasta ahora, la comunidad científica ha detectado unos 20 agujeros negros confirmados. Un equipo científico español en el que participan Jorge Casares y Marc Ribó es uno de los más activos en la búsqueda de estos objetos y es responsable del hallazgo de seis de los 20 encontrados en total. «Vemos unos dos eventos de acreción de materia en agujeros negros cada año», dice Casares. «Es más fácil ver acontecimientos en agujeros negros más pequeños», explica Ribó.
La explosión de una estrella en una supernova puede dar lugar a uno de estos objetos cósmicos y, de hecho, esto ya se ha observado tras un colapso estelar. Pero lo que continúa siendo un enigma es cómo se formaron los agujeros negros de varios millones -incluso de millones de millones- de masas como la del Sol. «Los agujeros negros muy masivos, de cientos de miles de millones de masas solares se postula que se formaron en el origen del Universo, cuando las estrellas que se formaban en aquel cosmos primigenio tenían masas enormes y explotaban como supernovas», dice Casares. La formación de cúmulos de agujeros negros en aquel universo recién nacido podría explicar la presencia de gigantes como Sagittarius A*.

Materia oscura

Otro de los grandes misterios de los agujeros negros es por qué existen de pequeño tamaño, unas cinco o 10 masas solares, y de gran tamaño, millones de veces la masa del Sol y no hay evidencias de la existencia de agujeros negros intermedios de 100 o 1.000 masas solares. Demasiadas incógnitas. Pero en este terreno de la Astrofísica y Física teórica de vanguardia todo puede complicarse aún más. Y es que en algún punto el papel cósmico de los agujeros negros se da la mano con otro de los grandes misterios actuales del estudio del Cosmos: la materia oscura.
El año próximo, el proyecto Event Horizon Telescope -una iniciativa para crear una red global de observatorios para estudiar el entorno inmediato de Sagittarius A*- alcanzará suficiente resolución como para diferenciar la luz que es arrastrada hacia el interior del agujero negro de la que va a parar al enigmático halo de materia oscura que lo rodea.
Hace apenas tres días, un equipo científico de EEUU daba un paso adelante en el estudio de esta indescifrable pareja de objetos cósmicos que domina nuestra galaxia. El descubrimiento de una estrella que viaja a una velocidad de casi dos millones de kilómetros por hora podría arrojar luz sobre el más oscuro secreto de la Vía Láctea. «No podemos ver el halo de materia oscura, pero su gravedad actúa sobre la estrella», dice Zheng Zheng, profesor de Física y Astronomía de la Universidad de Utah y autor principal del estudio.
Según los expertos, una desviación de la forma prevista de este misterioso halo podría indicar que la teoría de la gravedad de Einstein necesita ser revisada. Pero aún es pronto para eso. En el año 2018, una estrella llamada So-2 pasará considerablemente más cerca del agujero negro gigante del centro de nuestra galaxia de lo que está la nube de gas G2 en este momento. La órbita de esta estrella podría poner a prueba si las ecuaciones de Einstein describen correctamente la gravedad en las inmediaciones de un agujero negro supermasivo. Para ese momento, las teorías del genial físico alemán y los cálculos matemáticos de Karl Schwarzschild ya habrán cumplido más de 100 años. Y, como en aquel momento, los agujeros negros aún serán uno de los grandes misterios del Universo para los físicos.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Descubren que los agujeros negros expulsan el polvo cósmico con el que se alimentan


ESO

Los astrónomos del Observatorio Europeo del Sur, ubicado en el cerro de Paranal, en Chile, han descubierto que los agujeros negros no solo devoran el polvo cósmico a su alrededor, sino que también lo expulsan en forma de vientos fríos.



Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/98584-agujeros-negros-expulsan-polvo-cosmico




El estudio publicado en la revista 'Astrophysical Journal' demuestra que el hallazgo realizado mediante el telescopio espacial Very Large Telescope (VLT) en colaboración con el Instituto de Astrofísica de Canarias "pone en jaque las actuales teorías y revela cómo evolucionan e interactúan con su entorno los agujeros negros supermasivos".

"Los agujeros negros aún guardan secretos que sólo pueden revelarse con lentes tan gigantes como el interferómetro del VLT", explica uno de los responsables de la investigación. El telescopio ha permitido a los astrónomos realizar las observaciones más detalladas hasta ahora de un agujero negro dentro de una galaxia.

Años de investigaciones permitieron a los astrónomos detectar que casi todas las galaxias tienen en su centro un agujero negro que crece engullendo materia de su entorno, principalmente polvo cósmico, creando de esta manera el núcleo de una galaxia activa.

Las recientes observaciones de una galaxia activa bautizada como NGC 3783, realizadas con el uso del interferómetro, depararon una verdadera sorpresa para un equipo de científicos.

"Con esta superamplificación vimos que el polvo que esperábamos encontrar alrededor de este agujero negro y del cual este se alimenta con ferocidad, no parece estar destinado por entero a este fin. Vemos mucho polvo que está localizado en la misma dirección en la que sale la radiación", ha explicado la astrofísica del IAC Almudena Prieto.

El descubrimiento de los astrónomos puede cambiar el paradigma de la evolución de los agujeros negros, ya que ahora tienen claro, que el polvo cósmico está siendo expulsado por una fuente de radiación muy fuerte. A partir de ahora todos los modelos de la distribución del polvo deberán tener en cuenta este descubrimiento.

Observan un agujero negro cercano a la Tierra a punto de 'devorar' una nube de gas



eso.org

El agujero negro supermasivo más próximo a la Tierra, Sagitario A, está estirando y deformando una enorme nube de gas al atraer hacia sí uno de sus extremos, un fenómeno observado por primera vez en el corazón de la Vía Láctea.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/100318-agujero-negro-devorar-nube-gas


Las imágenes captadas por el telescopio VLT (Very Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral (ESO), situado en el desierto de Atacama (Chile), muestran cómo la nube está tan estirada que su parte frontal ha superado ya el punto máximo de acercamiento y se aleja del agujero negro a más de diez millones de kilómetros por hora, mientras que la cola aún está cayendo hacia él.

"El gas que se encuentra en la cabeza de la nube se estira a más de 160.000 millones de kilómetros alrededor del punto más cercano de la órbita del agujero negro. Y el máximo acercamiento es a tan solo unos 25.000 millones de kilómetros del propio agujero negro, apenas desaparezca caerá sumido en el olvido", explica Stefan Gillessen, del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre, en Garching (Alemania).

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/100318-agujero-negro-devorar-nube-gas



eso.org



Según los astrónomos, la nube será completamente desgarrada debido al fuerte campo gravitatorio del agujero negro a lo largo del próximo año. Además, se estima que este agujero tiene una masa de alrededor de cuatro millones de veces la masa del Sol.

"Lo más emocionante de las nuevas observaciones es la cabeza de la nube que vuelve hacia nosotros a más de 10 millones de km/h a lo largo de la órbita, lo que supone un impresionante 1% de la velocidad de la luz", explica Reinhard Genzel, líder del equipo de investigación. "Esto significa que la parte frontal de la nube ya ha hecho su máximo acercamiento al agujero negro", agrega.

El origen de la nube de gas sigue siendo un misterio, aunque no faltan ideas al respecto, como los vientos estelares procedentes de las estrellas que orbitan al agujero negro, indica la publicación del ESO. "Vemos que la nube se estrecha tanto que parece un espagueti. Esto significa que, probablemente, no tenga una estrella en su interior", concluye Gillessen.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/100318-agujero-negro-devorar-nube-gas

Un agujero negro estalló hace dos millones de años: el 'dragón dormido' puede despertar


NASA / Dana Berry / SkyWorks Digital

Durante décadas los astrónomos no han podido comprender la inactividad del agujero negro en el centro de nuestra galaxia. Nuevas pruebas sugieren que el 'dragón dormido' estalló hace 2 millones de años y que el año que viene podría activarse.

Los astrónomos dicen que el llamado 'agujero negro supermasivo' estalló hace dos millones de años, y la explosión fue tan potente que produjo una nube luminosa de 200.000 años luz. Anteriormente la comunidad científica sospechaba que este evento cósmico había tenido lugar, pero hasta ahora no había podido determinar cuándo sucedió.

El descubrimiento es una confirmación de que los agujeros negros pueden emitir luz. El momento de estallar es el de mayor luminosidad, y después van perdiendo fulgor paulatinamente hasta apagarse del todo. Este proceso tiene lugar en períodos de tiempo muy cortos desde el punto de vista cósmico.

"Ahora sabemos que este 'dragón dormido', cuya masa es cuatro millones de veces superior a la del Sol, se despertó y emitió un resplandor 100 millones de veces más potente que el que puede emitir en la actualidad", dijo el profesor Joss Bland-Hawthorn, autor principal del estudio que se publicará en la revista 'Astrophysical Journal'.

El profesor Bland-Hawthorn, de la Universidad de Sídney, en Australia, estima que un fenómeno parecido podría volver a ocurrir. "Hay un gran número de estrellas y nubes de gas que podrían caer sobre el disco caliente que rodea el agujero negro", explicó el especialista. Concretamente agregó que, según anticipan astrónomos de todo el mundo, a principios del año que viene la nube de gas denominada 'G2' podría caer en el agujero negro, lo que provocaría un pequeño "espectáculo de fuegos artificiales" en el cosmos



Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/106842-agujero-negro-estallar-activar

http://actualidad.rt.com/

Los Pimeros Humanos Vieron La Luz de un Agujero Negro...


El gran agujero negro central de nuestra galaxia estalló hace 2 millones de años con tanta violencia que su brillo rivalizó durante un tiempo con el de la Luna. Nuestros ancestros, que entonces aprendían a mantenerse en pie, podían observarlo en el cielo nocturno


NASA


El agujero negro supermasivo de nuestra galaxia estalló hace 2 millones de años

Hace dos millones de años, el agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de nuestra galaxia a 26.000 años luz de la Tierra, denominado Sagitario A*, produjo una violentísima explosión,probablemente causada por la caída en él de una gran cantidad de material. El potente estallido provocó una luz tan brillante que pudo ser vista por nuestros ancestros, que en ese momento aprendían a mantenerse en pie y caminar erguidos. Como es lógico, ninguno de ellos pudo dejar registro del fenómeno -faltaba mucho tiempo hasta que el hombre comenzara a hacer arte-, pero es más que probable que contemplaran esa extraña luz, ya que rivalizaba en brillo y tamaño con la Luna en el cielo nocturno.

La investigación, llevada a cabo por un equipo de investigadores del Observatorio Astronómico Australiano en Sídney, señala que aún existen rastros de esa explosión cósmica, la Corriente de Magallanes, un filamento de gas parecido al encaje que discurre entre dos pequeñas galaxias compañeras de la Vía Láctea, las Nubes de Magallanes Grande y Pequeña. Los científicos ya explicaron esta semana en una conferencia cómo dataron el momento de la explosión.

Pero, además, la historia puede verse desde otra perspectiva, la de cómo veían el cielo los potenciales observadores de entonces, según explican en un interesante artículo en NewScientist. En esa época, despuntaba el género Homo. «Las herramientas de piedra ya habían empezado a fabricarse, pero el cerebro apenas había comenzado a ampliarse», explica a la revista científica el antropólogo Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres.

El Homo erectus pudo ser testigo del estallido, también el Homo habilis y quizás el Australopithecus sediba, un antiguo homínido que mezcla una serie de rasgos humanos con otros más propios de los simios y cuyos fósiles fueron descubiertos recientemente en Sudáfrica. Antes, el probable espectador fue el Australopithecus africanus, según recoge New Scientist. Todos ellos tenían una perspectiva privilegiada, ya que el centro de la galaxia es visible principalmente desde los cielos del sur. Solo quienes vivían 20º al sur del ecuador podrían haberlo visto. Sin embargo, ninguno de estos antepasados pudo inmortalizar la escena, ya que el arte aún no había nacido. Aún así, aunque sea de un modo un tanto poético, resulta emocionante imaginarlos mirando una luz extraña en el cielo.

El estudio también encierra una advertencia, ya que si nuestros antepasados vieron esa luz, ¿podemos verla nosotros también alguna vez? En efecto, si nuestro agujero negro central fue capaz de semejante explosión en el pasado, puede repetirlo en el futuro, ya que «un montón de estrellas y nubes de gas pueden caer sobre el disco caliente alrededor del agujero», confirma Joss Bland-Hawthorn, de la Universidad de Sídney. Un nube de gas, denominada G-2, de 4,3 veces la masa del Sol, es seguida por los astrónomos muy de cerca, ya que se espera que caiga en Sagitario A* a principios del próximo año. Es una nube pequeña, pero aún así «veremos fuegos artificiales».

lunes, 1 de julio de 2013

Astrónomos detectan agujero negro absorbiendo un planeta


El agujero, que se mantuvo "dormido" por más de 30 años, consumió alrededor del 10% de la masa del planeta.
PysnFrancia — Un equipo de astrofísicos franceses logró captar, de forma inesperada, la señal de un agujero negro localizado en el centro de NGC 4845, una galaxia cuya masa total es unas 300 000 veces mayor a la masa del Sol. El agujero estaba absorbiendo un planeta, cuya masa superaba entre 14 y 30 veces la masa de Júpiter.
Según el informe, el agujero negro se mantuvo inactivo por más de 30 años para despertar de forma repentina, y alimentarse de dicho planeta, el cual podría bien ser una enana marrón o un planeta gigante. NGC 4845 es una galaxia ubicada a 47 millones de años luz del planeta Tierra, de acuerdo a la Agencia Espacial Europea (ESA).
Según el investigador Marek Nikojuk, de la Universidad de Bialstok, al agujero le tomó alrededor de 90 días desviar al planeta de su curso y absorber casi el 10% de su masa total. El resto del planeta permaneció en órbita.
El suceso, observado en el 2011, se espera que se repita con el agujero negro ubicado en el centro de la Vía Láctea para este año, según informó la ESA. Ya que no existen enanas marrones en esa zona, lo más probable es que el cuerpo celeste absorbido sea una nube de gas compacto observada cerca del agujero.

miércoles, 18 de julio de 2012

Astrónomos hallan un nuevo tipo de agujero negro


Hasta ahora se conocían agujeros negros de dos tipos: los supermasivos (de varias millones de masas solares) y los de masa estelar (cuya masa es varias veces mayor que la del Sol). Un grupo internacional de investigadores han hallado un tipo intermedio, es decir con una masa de 90 000 masas solares.
El insólito agujero negro, denominado HLX-1, se encuentra en la periferia de la galaxia ESO-243-49, a unos 290 millones de años luz de la Tierra. Lo excepcional de este objeto es su luminosidad, como refleja su nombre: una abreviatura de “Fuente de Rayos X Hiperluminosos 1”. El agujero puede producir un flujo de rayos X que es, como mínimo, mil veces mayor que el emitido por la mayoría de los agujeros negros conocidos en nuestra galaxia. 
Para clasificar el nuevo objeto de manera más detallada hará falta un año de investigación, según los científicos, que esperan que el descubrimiento ayude a entender el proceso de nacimiento de los agujeros negros supermasivos. 
El estudio, publicado en la revista 'Science', se basó en el material obtenido por el observatorio de rayos X Chandra y el telescopio orbital Swift.

El agujero negro de la Vía Láctea fue mucho más activo en el pasado


El agujero negro de la Vía Láctea fue mucho más activo en el pasado


(NCYT) El equipo de los astrónomos Meng Su y Douglas Finkbeiner, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, en Estados Unidos, ha analizado los débiles pero delatadores vestigios de dos haces que debieron ser emitidos desde el centro de la galaxia a consecuencia de fenómenos promovidos por una actividad intensa de absorción de materia a cargo del agujero negro supermasivo que se oculta en el núcleo galáctico. Los resultados del análisis sugieren que ese agujero negro estuvo muy activo en un pasado astronómicamente reciente, acaso tan sólo un millón de años atrás.

Los dos haces, o chorros, fueron detectados gracias al telescopio espacial Fermi de la NASA. Se extienden desde el centro de la galaxia hasta una distancia de 27.000 años-luz por encima y por debajo del plano galáctico. Estos son los primeros chorros de rayos gamma de este tipo que se han encontrado y los únicos que están lo bastante cercanos como para ser observables mediante el Fermi.

Los chorros recientemente hallados pueden estar relacionados con las misteriosas burbujas de rayos gamma detectadas por el Fermi en 2010. Las burbujas también se extienden hasta 27.000 años luz desde el centro de la Vía Láctea. No obstante, si bien las burbujas son perpendiculares al plano galáctico, los chorros de rayos gamma están un poco inclinados, concretamente en un ángulo de 15 grados. Esto puede derivar de una inclinación afín del disco de acreción alrededor del agujero negro supermasivo.


Agujero negro de la Vía Láctea
Ilustración de los chorros de rayos gamma de la Vía Láctea. (Foto: David A. Aguilar (CfA)
El disco de acreción central se puede "deformar" a medida que desciende en espiral hacia el agujero negro, bajo la influencia de la rotación del mismo. El campo magnético presente en el disco acelera al material del chorro a lo largo del eje de rotación del agujero negro, que puede no estar orientado en perpendicular con el plano galáctico con la Vía Láctea.

Las dos estructuras también se formaron de manera diferente. Los chorros se produjeron cuando el plasma fue expulsado desde el centro galáctico a raíz de la acción de un campo magnético en forma de sacacorchos que lo mantuvo fuertemente orientado. Las burbujas de rayos gamma probablemente fueron creadas por un "viento" de materia caliente soplado hacia el exterior desde el disco de acreción del agujero negro. Como resultado, son mucho más amplias que los estrechos chorros.

martes, 19 de junio de 2012

Un agujero negro vaga por el Universo


Un agujero negro vaga por el Universo

agujeronegrovagaUn enorme agujero negro podría estar siendo expulsado de su galaxia a varios millones de kilómetros por hora, según indica un estudio realizado por científicos del Instituto Smithsonian de Astrofísica (EEUU). Estos hallazgos verifican, además, la existencia de las ondas gravitacionales que predice la teoría de la relatividad de Einstein.

Aunque ninguna partícula material, ni siquiera la luz, es capaz de escapar de un agujero negro, estos sin embargo tienen capacidad para emitir rayos X, una propiedad que aprovechan los astrofísicos para estudiar a estos misteriosos gigantes. En este caso, los científicos estudiaron las emisiones de rayos X en la galaxia CID-42, a unos 4 mil millones de años luz de la Tierra, y que parece ser el resultado de la fusión relativamente reciente de dos galaxias gigantes. CID-42 contiene dos manchas de luz, una en el centro de la galaxia y otra en el borde. Al analizar las manchas, los astrónomos detectaron que solo una de ellas, la del borde, emitía rayos X.

Laura Blecha, una de las autores del trabajo, sostiene que hay dos explicaciones para este fenómeno. La primera es que ambas manchas sean agujeros negros, y que por tanto ambos emitanrayos X, pero en el caso del agujero central, una gran concentración de polvo oculte dicha emisión.
Por otro lado, la mancha central podría simplemente ser un nuevo núcleo de formación de estrellas, y la mancha del borde sería un agujero negro, varios millones de veces más pesado que el Sol, que está siendo expulsado de la galaxia a una velocidad de2.000 kilómetros por segundo.

Los propios científicos están asombrados: "es difícil creer que un agujero negro que pesa millones de veces el Sol pueda ser puesto en movimiento, y expulsado de la galaxia a gran velocidad", indica Francesca Civano, una de las autoras. "Sin embargo, estos datos confirman la idea de que las ondas gravitacionalespredichas por Einstein, pueden ejercer una fuerza extremadamente potente".

sábado, 16 de junio de 2012

NASA lanza telescopio orbital NuSTAR para examinar agujeros negros en el universo


NASA lanza telescopio orbital NuSTAR para examinar agujeros negros en el universo

NASA lanza telescopio orbital NuSTAR para examinar agujeros negros en el universo
NuSTAR, sofisticado telescopio de rayos X. Archivo AFP
Un sofisticado telescopio de rayos X de alta potencia, capaz de escrutar el universo y los agujeros negros con una resolución sin precedentes que permitirá conocer mejor la evolución del cosmos, está en ruta para ser puesto en órbita este miércoles, dijo la NASA.

El NuSTAR (Nuclear Spectorscopic Telescope Array o Matriz de Telescopios Espectroscópicos Nucleares) partió a bordo de un avión L-1011, desde el cual despegará el cohete que lo lanzará en pleno vuelo a las (16H00 GMT), informó la agencia espacial estadounidense.

"¿Por qué lanzarlo desde el aire? Los lanzamientos desde un avión son menos costosos que los que se hacen desde el suelo. Se necesita menos combustible para vencer la fuerza de gravedad de la Tierra", explicó la NASA en un comunicado.

El proyecto tiene como objetivo estudiar los fenómenos energéticos, como los agujeros negros y las explosiones de estrellas masivas.

La empresa Orbital Sciences Corporation lo pondrá en órbita desde su propio cohete Pegasus, que partió en la panza de un avión L-1011 Stargazer.

El jet despegó desde la Base de Pruebas Reagan en el atolón Kwajalein en las Islas Marshall en el Pacífico.

El avión está programado para dejar caer el cohete Pegasus a las 117 millas náuticas al sur de Kwajalein, a una altitud de 39.000 pies sobre el Océano Pacífico, muy cerca del ecuador.

El telescopio debe separarse del cohete 13 minutos más tarde.

"El NuSTAR abrirá una ventana completamente nueva al universo", dijo Fiona Harrison, profesora del Instituto de Tecnología de California (Caltech) en Pasadena, e investigadora principal del NuSTAR.

De alta potencia

Será el "primer telescopio en hacer foco con rayos X de alta potencia. Como tal, tomará imágenes 10 veces más nítidas y 100 veces más sensibles que cualquier telescopio que haya operado en esta región del espectro".

La misión apunta a trabajar en conjunto con otros telescopios en el espacio, entre ellos el Chandra X-Ray Observatory de la NASA, que observa rayos X de baja potencia, dijo la NASA.

Con 133 espejos anidados en cada una de las dos unidades ópticas, el telescopio NuSTAR también utiliza detectores de última generación y un largo mástil que conecta las unidades ópticas a los detectores y permite suficiente distancia para un enfoque nítido.

El mástil de 10 metros será lanzado de forma plegada y se extenderá recién una semana después del lanzamiento, alcanzando la longitud de un autobús escolar.

"Antes se pensaba que los agujeros negros eran raros y exóticos -eso era apenas 20 años atrás", dijo Harrison a la prensa.

"Hoy sabemos que todas las grandes galaxias, como nuestra Vía Láctea, tienen un enorme agujero negro en su corazón", agregó.

El nuevo observatorio tiene como objetivo dar una mejor visión del funcionamiento de un agujero negro.

Paul Hertz, director de la división de astrofísica de la NASA en la sede del organismo en Washington, describió al NuSTAR como "un telescopio espacial pequeño" que permitirá investigar "una banda importante, pero relativamente inexplorada del espectro electromagnético".

En su primera fase de dos años la misión NuSTAR cartografiará ciertas regiones del cielo para censar las estrellas más profundas y alejadas, así como agujeros negros de diferentes tamaños. Para ello examinará las regiones que rodean el centro de la Vía Láctea.

El nuevo telescopio realizará también observaciones del universo profundo más allá de la Vía Láctea, lo cual le permitirá comprender mejor las chorros de partículas emitidos por las galaxias más extremas, como Centaurus A, donde se encuentran agujeros negros supermasivos.

Agujero negro de masa estelar a 12 millones de años-luz


Agujero negro de masa estelar a 12 millones de años-luz


(NCYT) Los agujeros negros de menor masa se forman cuando las estrellas muy masivas llegan al final de sus vidas, expulsando la mayor parte de su material al espacio en una explosión de supernova, y dejando sólo un núcleo compacto que se derrumba sobre sí mismo, comprimiéndose de manera colosal, formándose así un agujero negro. Se piensa que hay millones de estos agujeros negros de poca masa esparcidos por cada galaxia.

A pesar de su relativa abundancia, los agujeros negros pueden ser difíciles de detectar, ya que no emiten luz, por lo que normalmente se les percibe a través de su acción sobre los objetos que les rodean, por ejemplo absorbiendo material, el cual se calienta en el proceso y emite rayos-X. Sin embargo, a pesar de esto, la inmensa mayoría de los agujeros negros siguen sin ser detectados.

En los últimos años, se ha logrado hacer algunos avances en la búsqueda de agujeros negros ordinarios en sistemas binarios, mediante la estrategia de buscar la emisión de rayos X que se produce cuando absorben el material de sus estrellas compañeras. Hasta ahora, los únicos agujeros negros de masa pequeña detectados estaban relativamente cerca, en nuestra galaxia la Vía Láctea, o en galaxias cercanas del Grupo Local (un cúmulo de galaxias que incluye a la galaxia de Andrómeda).
Agujero negro de masa estelar
Centauro A. (Foto: NASA)
El equipo de Mark Burke y Somak Raychaudhury, de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido, y Ralph Kraft del Centro para la Astrofísica, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano en Estados Unidos, utilizó el satélite astronómico Chandra de la NASA para observar a la galaxia Centauro A, y detectó un objeto cuya emisión en rayos-X era 50.000 veces más brillante que la de nuestro Sol. Un mes más tarde, ese brillo se había atenuado por un factor de más de 10, y más tarde por un factor de más de 100, por lo que se hizo indetectable.

Este comportamiento es característico de un agujero negro de poca masa en un sistema binario durante las etapas finales de un episodio de absorción de materia en grandes cantidades, y es típico de agujeros negros similares en la Vía Láctea. Esto implica que el equipo de investigación realizó la primera detección lejana de un agujero negro normal (de masa estelar), abriendo así la oportunidad de comenzar a verificar las características de la población de los agujeros negros de otras galaxias.

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