jueves, 30 de mayo de 2013

El planeta Einstein, un nuevo mundo hallado basándose en la teoría de la relatividad

El planeta Einstein, un nuevo mundo hallado basándose en la teoría de la relatividad


Gracias a tres pequeños efectos, hoy conocemos mejor a este exoplaneta, un Júpiter extremadamente caliente que tarda un día y medio en girar alrededor de su estrella.


Es la primera vez que la teoría especial de la relatividad de Albert Einstein se utiliza para descubrir un planeta fuera del sistema solar (exoplaneta) y ha dado resultado. Gracias a tres pequeños efectos, hoy conocemos mejor al planeta Einstein, un Júpiter extremadamente caliente que tarda un día y medio en girar alrededor de su estrella.

Todo comenzó en 1992, cuando la primera detección fue confirmada. Pero hubo que esperar tres años más hasta que descubrieran el primer exoplaneta orbitando a su estrella, Pegaso 51; desde entonces, los descubrimientos no se han detenido y hoy más de 800 exoplanetas en 611 sistemas planetarios han sido detectados a través de dos diferentes tipos de observación. 

De hecho, HARPS, el espectrógrafo de 3.6 metros de ESO, en La Silla, Chile, anunció el año pasado la primera estimación directa de la cantidad de planetas alrededor de estrellas enanas rojas. El equipo se ha centrado en la búsqueda de exoplanetas que orbitan el tipo más común de estrellas en la Vía Láctea, las enanas rojas, también conocidas como enanas M. Estas estrellas son tenues y frescas, en comparación con el Sol, pero sumamente comunes, de larga vida y representan el 80% de todas las estrellas en la Vía Láctea.

Debido a que las enanas rojas son tan comunes, podemos decir que hay cerca de 160.000 millones de ellas en la Vía Láctea, esto nos conduce a un resultado sorprendente de que hay decenas de miles de millones de estos planetas en nuestra galaxia solamente.

Pero descubrir exoplanetas no es tarea fácil. Carecemos de la tecnología que los pueda detectar directamente a través de un telescopio así que dos formas se han utilizado hasta el momento: la velocidad radial y los tránsitos. Ambos son formas indirectas de detectar su paso alrededor de su estrella, ya sea porque producen curvas en la luz estelar o porque disminuye su brillantez. 

Pues bien, ahora, equipos en el centro Smithsonian de Harvard y en laUniversidad de Tel Aviv han detectado un planeta de una tercera forma y tiene que ver con la teoría especial de la relatividad. De hecho, aunque el planeta ya tenía su nombre,Kepler-76b, lo han renombrado “Einstein”.

“Esto sólo fue posible debido a los exquisitos datos que NASA ha reunido con el trabajo enKepler", dijo el autor principal Simchon Faigler de Tel Aviv.

El planeta se descubrió con el uso de una técnica propuesta por primera vez por Avi Loeb y su colega Scott Gaudi en el 2003. Se trata de lo siguiente, los astrónomos buscan tres pequeños efectos que ocurren simultáneamente cuando un planeta orbita su estrella:

- El efecto de la radiante relativista 
- El efecto de alargamiento estelar
- El efecto de los destellos de luz

El primero se trata de la forma como cambia la intensidad de la luz de la estrella mientras lo orbita el planeta, el segundo es cuando la estrella se alarga, tomando una forma como de pelota de fútbol estadounidense, debido a las mareas gravitatorias y, por último, la estrella madre emite irradiaciones durante el trayecto del planeta. 

Luego de la identificación, no tardó la confirmación a través de observaciones de la velocidad radial recogidas por el espectrógrafo TRES del Observatorio Whipple en Arizona, Lev Tal-O(Universidad de Tel Aviv) y por espectrógrafoSOPHIE en el Observatorio de Haute-Provence en Francia. Además, Keplerdescubrió información adicional sobre esta roca caliente.

En primer lugar se trata de un Júpiter ardiente que tarda un día y medio en darle la vuelta a su estrella. El planeta Einstein se encuentra a dos mil años luz en la constelación Cisne y orbita a su estrella como la luna orbita la Tierra, siempre mostrando la misma cara, es decir, está anclado a su estrella y eso hace que esté hirviendo a 1982 grados Celsius (3600 Farenheit).

Desafortunadamente, esta técnica no consigue detectar planetas del tamaño de la Tierra.

“Cada técnica de búsqueda de planetas tiene sus fortalezas y debilidades. Y cada nueva técnica que añadimos al arsenal nos permite sondear planetas nuevos", dijo Loeb del Smithsonian.

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